Y sin palabras.
Y sin tiempo.
Cargados de sentidos afligidos y poca frialdad,
circulamos los hombres.
Me resulta un tanto devastador,
pensar en el final del juego.
Es que hace unos segundo me preguntaba
cuál era la finalidad del tiempo,
como si fuera la primera que lo hace...
Y quién determina su curso,
por qué hay vidas largas que no sirven para nada...
Y vidas fugaces que quizás dejan mucho o nada...
Porque el tiempo están débilmente corto,
tan ínfimo,
efímero, precario
y descuidado,
un solo tropiezo y estamos en el horno del infierno
o en el sublime cielo de los misericordiosos...
Por qué
para qué... Siempre es el tiempo poco justo
el tiempo que de ningún modo alcanza.
Llegara el día que diga acá termina mi ruta y caminé lo que tenía que andar
sin preámbulos ni reclamos
pero quién disipa cuando parar
soy yo,
no
en realidad no
y esto no es un anuncio suicida
al contrario la vida es demasiado rápida para perdérmela
pero donde está el cartel o el sello que determina que nuestro paso se inmoviliza
que nuestro tiempo concluye
que el corazón se detiene
y dónde está el el médico que dirá " un paro cardíaco " que acaba con todo...
Y deja en todos la incertidumbre de que habría sido
si no hubiera sido así.
Preguntas retoricas y desgastantes preguntas que ni siquiera me importan.
Y me digo sólo hay un turno
el tiempo de los que estamos
el lapso de los que seguimos rodando
una conjugación
un verbo plano y chato,
"ser"
ahora en este mismo instante
pese a todo
siempre uno mismo sin más prórroga
ahora
ya
solo vivir el tiempo
sin darnos prisa degustándolo en cada mínimo segundo sin piedad
sin desvelos, sin rencores
sin la estúpida idea de que todo se acaba y al rato seremos lagrimas vacías.
Solo una cosa me inquieta
saber que el día de mi último suspiro
pueda arrepentirme de no haber vivido.
Y todo es así
un reloj
un reflejo
un suspiro
Un relámpago,
un aleteo débil de gaviota
una ola,
una nube una hoja cayendo
solo una vez
Una vida.
Y el tiempo...
un ahora.
